A veces me canso y me pongo a mirar. Qué seres y qué circunstancias más extrañas: siempre de prisa y su vida dominada por máquinas y por pequeñas luces que han de indicarles un destino.
Yo a veces me canso y me pongo a mirarlos con más o menos pasión... A veces me da tristeza, otras vértigo...
Muy buenas
ResponderEliminartristeza, vértigo y también seducción... Baudelaire tenía razón: la ciudad, la capital infame siempre será la enorme ramera que rejuvenece la vida...