jueves, 4 de marzo de 2010

crónica de un buen día que se arrepintió

Hoy parecía un buen día...  me paré de buen humor, hice las cosas que tenía que hacer... parecía un día excepcional. Pero acabó convertido en una noche realmente triste. Una noche sin remedio y con fantasmas. 
¿De qué sirve ser sensible y poner esperanza en las cosas? ¿No se sienten a veces defectuosos?

Hoy no fue un día como cualquier otro, fue peor. 

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