Una parte de mí arde pese a todo. Una parte de mí continúa al rojo vivo. Pero tan absurdamente, tan desperdiciadamente... Odio esa parte de mí, esa parte que sigue contra todo pronóstico. Esa maldita llama que continuamente alumbra a la nada.
Cuántos pasos y cuántas sombras... Cuántas veces los deseos baladíes...
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